Don Samuel Rovinski hizo a sus fisgonas vivir en Paso Ancho, pero, al verlas en sus atropellados cuchicheos, uno sabe que se las puede topar en cualquier barrio de Costa Rica. Así, “vinas”, peleonas y enternecedoras, las protagonistas de una de las obras más conocidas del teatro tico vuelven a escena .
El Teatro Nacional presentará Las fisgonas de Paso Ancho hasta el 24 de setiembre, en una temporada programada para atraer a niños, jóvenes y adultos con distintos horarios. Para narrar esta historia, ritmos de salsa y cumbia, música original y chispeantes interpretaciones colorean al Paso Ancho de antaño. Es un homenaje a Rovinski, exdirector del Teatro Nacional y dramaturgo, que falleció en el 2013.
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“Estamos viendo los años 70 con ojos de la segunda década del siglo XXI, con linda añoranza, algo de ternura y también con algo de chocarronería, de fisga”, describe el director, Manuel Ruiz .
Esta vez, Herminia, Carmencita y Marielena son interpretadas por María Chaves, Tatiana Chaves y Silvia Rojas. En la colorida escenografía de Fernando Castro, con aires de la obra pictórica de Felo García, 14 actores y seis bailarines dan vida a una barriada.
Paso Ancho se agita por un pleito doméstico que termina incluyendo a la Policía, a los Bomberos y a cuanto curioso quiera ver. Las tres fisgonas, en su afán por enterarse de todo, implican al barrio en sus enredos.
Luis Piedra hizo las coreografías de los breves montajes musicales que se intercalan con la acción dramática, con notas originales de Luis Ángel Castro y arreglos de Checko D’Ávila, así como el vestuario de época diseñado por Rolando Trejos.
Vuelta. Cuando la administración anterior del Teatro Nacional le propuso a Manolo Ruiz dirigir Las fisgonas de Paso Ancho , pensó: “¿Otra vez...?”. Sin embargo, la realidad es que, aunque el texto sigue siendo reconocido, los espectadores más jóvenes nunca la han visto en escena, donde pertenece.
La obra de Rovinski se estrenó en la Escuela República de Haití en julio de 1971 y llegó a alcanzar a más de 30.000 espectadores en su primer montaje, consignó Rocío Fernández en Áncora .
Más adelante en la década de los años 70, el director Alfredo Catania la retomó para su Teatro Carpa , que giró por el país por años .
En el 2001, Marcia Saborío, Eugenia Chaverri y Marta Matamoros encarnaron a las fisgonas (dirigidas por Chaverri). Incluso se hicieron versiones audiovisuales de las historias.
“El público costarricense cada cierto tiempo necesita estar repasando en el escenario sus historias, sus mitologías, sus representaciones, su imaginería”, dice Ruiz.
“Les pudo haber puesto Las fisgonas de Alajuela o Las fisgonas de Concepción de San Ramón . Representa al ‘vino’, al fisgón, del ser costarricense, que doña Carmen Granados plasmó tan bien en su personaje de Doña Vina”, recuerda el director.
En este trabajo, las señoras pegan el oído a la puerta de una casa donde una “bestia marihuana”, como le llama un reportero, aterroriza a su familia. Sin entender bien qué sucede, especulan, chismean, cantan y se entretienen con el minúsculo drama cotidiano, con un humor especiado por el carácter tico.
“Es una obra muy familiar que dice mucho de un estilo de vida tico de barrio, una atmósfera muy familiar para mí”, dice Luis Piedra, quien buscó acercar el movimiento de su danza a los ritmos de entonces y el estilo de baile, en una interpretación actual.
Las fisgonas de Paso Ancho, esta vez, salieron a bailar, pero no se van a perder nada de lo que acontece.
‘Las fisgonas de Paso Ancho’ presentarán funciones este domingo 20, a las 5 p. m y los días 22 y 23 de setiembre, a las 8 p. m. Se ofrecerán presentaciones especiales para estudiantes el martes 22, a las 2:30 p. m.; el miércoles 23, a las 10 a. m. y el jueves 24, a las 10 a. m. y a las 2 p. m. La entrada general vale ¢8.000, general, y ¢2.500, estudiantes con carné (el descuento solo se puede aplicar al comprar las entradas en la boletería del teatro).